miércoles, 26 de octubre de 2011

RELACIÓN ENTRE PEDAGOGÍA Y SOCIEDAD

                                        RELACIÓN ENTRE PEDAGOGÍA Y SOCIEDAD



Después de leer el documento “criterios de verdad de la pedagogía”  de Rafael Flórez, quedan  reflexiones y sentidos críticos acerca de la gran importancia del auténtico desarrollo de la educación  en los tiempos modernos. Por eso, abordaré  esta temática para sustentar la siguiente tesis: los cambios sociales y  tecnológicos  en un mundo globalizado demandan hoy una transformación profunda en la pedagogía educativa dentro de una sociedad.
Es importante señalar antes de argumentar la anterior tesis, que el saber humano se constituye hoy en día en el pilar principal de la estructura cultural, que soporta en forma dinámica y organizada el conjunto de sentimientos, pasiones, anhelos, sueños, deseos  e ilusiones que enmarcan los arquetipos de personas que actúan en sociedad desde los diversos campos que esta ofrece .Así mismo el conocimiento como piedra angular de la construcción del aparato social, establece relaciones complejas y heterogéneas en múltiples direcciones desde al hacer humano, las cuales conllevan a la generación, producción y transformación del estilo de vida de los hombres y mujeres del planeta y consecuente con ello la realidad se moldea, de tal forma que se adapte progresivamente a los  cambios impuestos por orden natural o artificial, pero independientemente de ello cualifica, limita o posibilita los avances a nivel biosocial, tecno-científico, socio-económico y político cultural que solo pueden ser leídos en su contexto por la educación para ser referidos desde la misma a las generaciones presentes con el fin de prepararles con herramientas conceptuales y más aun con sentido humano, con una responsabilidad moral hacia el mundo  y un máximo sentido  por la libertad  desde y hacia la apertura al cambio, a lo nuevo e inesperado, a la incertidumbre y por supuesto a lo caótico , irracional y funesto que pueda tener lugar en el presente de un futuro no muy lejano.
Es así como la pedagogía se constituye y se desarrolla más plenamente en la perspectiva de un hombre autónomo, universal e inteligente, es decir, de su humanización integral como criterio principal  y la educación  por consiguiente ha de ser el epicentro  de las conjugaciones del cambio, como posibilidad de permitir  a las sociedades el acceso al conocimiento  y lo verdaderamente humano; ambos como ejes articuladores de un aprendizaje colectivo que contribuya al equilibrio  sociedad –mundo.
No obstante, surge un interrogante: ¿Es la pedagogía un agente trascendental en el progreso de una sociedad?, éste interrogante demanda teorías pedagógicas sensatas y bastante fuertes en la medida que involucra directamente el concepto formación - educación, el cual viene en su definición acompañado por expresiones tales como: dones, talentos, competencias, entre otros. Es por eso que al hablar de formación y educación es necesario conciliarlos porque si bien la ley general de educación [1] (ley 115 del 8 de febrero de 19994) concibe “la educación como un proceso de formación permanente personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos, de sus deberes” de tal modo que lo académico es pretexto para desarrollar integralmente a la persona; principio que es argumentado  por Émile Durkheim [2] al connotar : “la educación es la acción ejercida  por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social.” Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño/a cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que le exige la sociedad política en su conjunto y en el medio especial al que está particularmente destinado. Más breve, la educación es una socialización de la generación nueva. Así es, que de ésta relación de definiciones se establece la educación, como un fenómeno social predispuesto como vehículo para legar de cierto modo a los educadores la responsabilidad de continuar con las estructuras, organizaciones, instituciones, relaciones de toda índole obtenidas hasta ahora, pero a su vez, con un alto grado de análisis crítico, reflexivo y propositivo tendientes a generar cambios que permitan la obtención de climas más favorables para quienes se enfrentaran de lleno con la vida.
Es evidente el  ritmo acelerado y continuo del cambio sobre todo en la industria, el comercio y la sociedad misma, debido  al auge desmesurado de la tecnología. A ello se suma el proceso de apertura dado por el sistema capitalista e imperialista del momento que está obligando a los estados las naciones y los pueblos a globalizar sus  formas de subsistencia, lo cual implica una integración cultural que se ha de fundamentar en principios extensivos a nivel sociológico, antropológico , filosófico y con mayor razón  pedagógico. Solo así, las relaciones de cualquier naturaleza podrán tener éxito en la época que se está viviendo.
Es preciso entonces que la relación entre educación y sociedad es primordial; ya  que la primera como eje fundamental del desarrollo humano debe estar atenta a los requerimientos de una sociedad que progresa convulsionadamente,dado los avances científicos y tecnológicos, por lo tanto, como practica social, la educación se constituye en un centro de reflexión  e investigación, donde el conocimiento es adquirido por la transmisión de saberes del sistema educativo que ha de ser el portal hacia la formación de pensamientos analíticos, reflexivos, críticos, propositivos, emocionalmente desbordantes en moralidad. Solo así los niños/as trabajaran deliberadamente en pro del progreso responsable, el desarrollo justo y el crecimiento social digno con base a un verdadero cambio, un cambio visto como oportunidad, como reto, como base del ideal humano.
Es importante concluir que al analizar y tomar posición frente al documento de la instrucción cognitiva, sinceramente se siente mayor compromiso con la misión de educar y tomar el aprendizaje como un instrumento de verdadero desarrollo mental y de realización personal, generando ambiente para que los estudiantes se conviertan en personas de control, de dominio de sí mismos y de autonomía ; manejando también la inteligencia emocional para servir de obstáculo frente a tanto joven que se suicida porque ya no le encuentra sentido a la vida. Quiero finalizar este ensayo con esta frase reflexiva “un niño no es un número ni una letra, y un puñado de hombres no es un pueblo”
En conclusión cabe resaltar que como maestros debemos estructurar día a día con nuestra dedicación y empeño, una sociedad que clama la solución de conflictos, que nos invita a luchar por un mundo de razón, en el que la ciencia y el progreso lleven a una armonía con todos. Más que maquinas necesitamos humanidad, más que inteligencia necesitamos bondad.



[1] MEN. Ley general de Educación. Articulo 1°, objeto de la ley
[2] ÉMILE DURKHEIM. educación y sociología.pag 11







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